Opinión: El día que se perdió el amor

Valoración: 8 sobre 10

Javier Castillo continúa con su saga iniciada con “El día que se perdió la cordura” con otra novela trepidante y que atrapa desde el principio. Más de 100.000 ejemplares vendió la primera novela y consiguió que un autor hasta ahora desconocido como es Castillo consiguiera convertirse en un escritor reconocido tanto a nivel nacional como internacional.

Con El día que se perdió el amor nos adentramos a la continuación de la fascinante historia explicada en el primer volumen. Una novela escrita con tintes thriller donde se analiza de forma más profunda y detallada a todos los personajes.

Reseña de El día que se perdió el amor 

Con El día que se perdió el amor Javier Castillo consigue perfeccionar su estilo literario y trabajar de forma más minuciosa la psicología de sus personajes. Y este es el punto más interesante de la novela. En el libro anterior, El día que se perdió la cordura, la obra estaba bien hilvanada pero el desarrollo final es muy precipitado e inconexo. Pero esto no ocurre en esta nueva entrega.

En El día que se perdió el amor nos encontramos con unos personajes muy bien dibujados que nos ayudan a comprender mejor sus acciones, sus conflictos y sus motivaciones. Una novela repleta de secretos, misterios e intriga que sorprende y emociona por partes iguales.

En esta novela, la cordura sigue perdida pero, además, se habla sobre el sentimiento del amor, tanto entre una pareja como el amor de familia. Realmente, el contenido amoroso no me encantó porque creo que se presenta desde una perspectiva romántica e idealizada. No obstante, aunque ese sea el motor que mueve la obra, lo cierto es que no habla de amor: habla de una secta, habla de crímenes, habla de secuestros… Novela negra en su máximo apogeo.

Se trata de una novela adictiva que te hace estar atrapado a la historia desde el principio y hasta el final. Me la leí en 3 días y, realmente, disfruté como una enana.

Sinopsis de El día que se perdió el amor

A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.

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