Desde hace ocho meses, la mayoría de las salas de concierto han permanecido cerradas. Las pocas que han abierto, con una reducción del aforo al 30% y el acatamiento de las medidas de seguridad, ahora se encuentran cerradas o en una crisis económica a raíz de las medidas impulsadas por el gobierno.
A modo de protesta, diversas salas del territorio español alzan su voz en el momento de mayor crisis con El último concierto (#ElUltimoConcierto): un evento vía streaming que busca poner en evidencia la situación de vulnerabilidad que está viviendo el sector en medio de la pandemia. Se realizará el miércoles 18 de noviembre a las 20h a través de su página web.
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Toggle#ElUltimoConcierto, un evento en streaming para denunciar la situación del sector
Desde marzo se han cancelado alrededor de 25.000 conciertos, se han visto afectados más de 5.000 trabajadores y se han acumulado pérdidas de 120 millones de euros en las salas de conciertos del país. Estas estadísticas muestran que el grado de incidencia en este sector es triste y necesita el apoyo de la ciudadanía y las instituciones estatales.
Gran parte de las salas no pueden sobrevivir bajo estas condiciones de endeudamiento progresivo, ya que tampoco tienen un ingreso actual que les permita hacer frente y solventar las pérdidas económicas a largo plazo.
Como han reclamado en su manifiesto publicado online, El último concierto es una muestra de que las administraciones no han dado las ayudas necesarias a los eventos musicales. Hasta el momento, no se les han brindado medidas que permitan mantener las salas durante el periodo de restricciones.
Más de 50 salas de Barcelona unidas a la protesta
La desaparición de las salas parece ser un hecho inevitable en el panorama actual, por ello, más de 50 espacios como Alfa, El Clap, Lo Submarino, Sala Zero, Sala Apolo, Razzmatazz y Jazz Cava se han organizado. Remarcando que la música y el baile son bienes culturales del país que enriquecen nuestra sociedad y cultura, resisten con lo mejor que saben hacer: música.
El entretenimiento hoy, más que nunca, es un derecho de la ciudadanía, estas salas no ofrecen simplemente un servicio, sino un sitio de desconexión donde nos podemos olvidar, quizás, por 30 o 40 minutos de lo que sucede en el mundo. Antes que ser un problema, es una solución y un alivio para muchos.
¡Conéctate este miércoles 18 de noviembre y apoya las salas de concierto nacionales! #ElÚltimoConcierto