La libertad, la expresión del yo pasional y los anhelos de una naciente república son el eje de la literatura romántica en Argentina. Es una de las tradiciones literarias más ricas e importantes del continente americano, y sus ecos resuenan hoy en sus calles. En Espectáculos BCN te presentamos el romanticismo literario en Argentina y sus mayores exponentes.
El romanticismo literario fue mucho más que un género literario en Latinoamérica. De hecho, en ciertos países terminó contextualizando la identidad nacional, como en el caso de Argentina. Los jóvenes literatos que se adhirieron a este movimiento darían forma jurídica y simbólica al concepto de lo nacional. Sigue leyendo y conoce todo del romanticismo literario en Argentina
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ToggleEl Romanticismo y la expresión de la identidad
El romanticismo literario a Latinoamérica, y en especial a Argentina, llego en las inestables décadas posteriores a los periodos independentistas. La formación del sentido de identidad y de nacionalidad estaba apenas floreciendo en el territorio argentino. La efervescencia social y la búsqueda de un nuevo orden fueron el marco del desarrollo del Romanticismo en Argentina.
La literatura argentina, propiamente dicha, nació entre la formación de lo nacional y la estética romántica europea, que devino en uno de los géneros más tradicionales y folclóricos, la literatura gauchesca.
Independencia e irreverencia
La realidad latinoamericana obligaba a autoevaluarse y autodefinirse y la literatura jugó un rol fundamental. La cosmovisión romántica y el imaginario cultural se fusionaron en la naciente literatura argentina y promovieron una temática profundamente social. Los escritores, casi siempre políticos o revolucionarios, dibujaron a través de sus textos lo que se convertiría en un importante pilar de la definición de los pueblos y su idiosincrasia. En Argentina los autores recurrieron, además, a la naturaleza, las características de la región pampeana y rioplatense, para suscitar la identificación con lo nacional.
Argentina, además, urdió un interesante y definitorio ardid lingüístico. Los escritores argentinos decidieron desligarse de las regularizaciones impuesta por la Real Academia Española y usaron sus propias variedades lingüísticas. En argentina no se trata solo de expresiones o jerga no estandarizada, sino de una variedad distinta que incluye diferente acentuación, y según la región, el voseo dialectal.
Para los escritores del romanticismo literario en Argentina la libertad no podía desvincularse de la independencia. Ellos entendían la independencia en el más amplio sentido, que implica independencia religiosa, idiomática, y la libertad de ideas.
Más adelante, cerca del fin del siglo XIX, la vertiente más sentimental del romanticismo literario argentino llegaría de manos de autores como José Mármol. Aun así, este tipo de expresión romántica siempre estaría acompañada de otros factores autóctonos del romanticismo argentino. Conozcamos cuáles fueron las características más importantes de esta corriente en Argentina.
Romanticismo literario en Argentina: características
Este género abarca las primeras manifestaciones literarias de Argentina como nación y ya no provincia colonial. Es la marca de inicio en la carrera por la identidad y la libertad. Es por eso que, Argentina desarrolló sus propias características románticas, en consonancia con su contexto histórico.
El individualismo
El romanticismo argentino, como el europeo, jugó con el concepto de inspiración introspectiva, rebuscando dentro de su propia esencia. El enaltecimiento del “yo” incluía la reivindicación del sentimiento como expresión de subjetividad y de libertad.
El afán de libertad promovió el uso de manifestaciones sentimentales personales pero contextualizadas en la era de las revoluciones: el nacionalismo, la independencia y la originalidad.
El sentimentalismo
La sensibilidad como valor reafirmaba una figura heroica, apasionada, libre y aguerrida. La pasión por los ideales asociados a la independencia, sobre todo, fue el núcleo del desarrollo de personajes en Argentina.
Los héroes románticos argentinos suelen ser perseguidos y marginados, sufriendo el aislamiento del que no pertenece. La figura del gaucho como héroe nacional es una muestra de ello. El gaucho representa el amor por lo autóctono y el folclor, con el toque exacto de barbarie que embute lo que pertenece a la naturaleza. Personifican la libertad individual y social luchando contra la uniformidad, la censura y lo caduco.
Estos personajes, sin duda, tomaron muchos rasgos biográficos de los autores y la confrontación que sus ideales les presentaban en el país. El romanticismo se presentó, en su nacimiento como género en Argentina, como un romanticismo social, que nunca abandonó por completo las obras. Sin embargo, el tópico social fue relevado por el romanticismo sentimental, presentándose como amor idealizado y casi siempre inalcanzable.
La figura de la mujer adquiere relevancia, siempre como objeto de deseo o como personaje generador de sentimiento, pero secundario. La visión de lo femenino fue siempre radical, la mujer como madre, dulce y angelical; o como perversa, traidora y condenatoria.
El folclor y lo popular
El romanticismo argentino creía en que las tradiciones y el folclor, con su barbarie y sus contradicciones, debían ser enaltecidos y reconocidos. No necesariamente para seguir la misma senda, pero si como la base para un progreso autóctono y libre.
La civilización, símbolo de intervencionismo en algunos autores, representaba la contraparte que necesitaba la barbarie para inducir el cambio interno. Un cambio que, según los románticos, podía y debía hacerse respetando sus propias características, en progresión natural y endógena a la civilidad.
El naturalismo
La naturaleza fue el escenario de la obra literaria argentina en este periodo. Lo natural se convirtió en elemento activo en el desarrollo de la trama. También, sirvió como expresión de la percepción de la realidad histórica de cada autor.
Los paisajes pampeanos, infinitos y salvajes son la simbolización del espíritu indomable del pueblo argentino. Los paisajes pampeanos, ajenos a la civilidad y la modernidad, son ejemplos literarios de la resistencia argentina ante el intervencionismo.
Los fenómenos naturales se convirtieron, también, en un correlato de los desarreglos y ajustes sociales. Posteriormente, el costumbrismo se combinó con el naturalismo para convertirse en reflejo de lo genuino y originario.
Exponentes del romanticismo literario en Argentina
Esteban Echeverría con su cuento Matadero es considerado la piedra iniciática del movimiento romántico en Argentina. Domingo Faustino Sarmiento, político, escritor y estadista, por su parte, contribuyó al movimiento romántico con Facundo. Ambas obras siguen un mismo hilo conductor: la violencia política y el poder; desde distintas aceras observan la misma historia.
La literatura romántica, y estos dos autores particularmente, retrataban la confrontación clásica entre “barbarie y civilización”. Sarmiento y Echeverría exponían el conflicto del pueblo argentino, aprovechando el proceso para definirla, para luego proponer soluciones ideológicas. Ambos pertenecieron, junto a otros muchos importantes pensadores, a la generación del 37. Los escritos generados por este grupo de pensadores darían forma a la constitución de la República Argentina en 1853.
José Hernández, autor de Martin Fierro, es considerado el máximo exponente de la literatura gauchesca. Sus posturas políticas lo enfrentaron a quien en ese momento ya era un importante político, Domingo Faustino Sarmiento. Escondido y perseguido, escribió el poema costumbrista más importante de la nación.
José Mármol, entre los primeros novelistas argentinos, escribió por entregas la primera obra del romanticismo sentimental, Amalia. Durante la lucha contra el cruento gobierno de Rosas -recordemos que nunca desaparecería por completo el romanticismo social-, la viuda Amalia conoce y se enamora del joven Belgrano. Siguiendo la tradición romántica de amores trágicos, Belgrano morirá, pero con él nacerá la corriente del romanticismo sentimental en Argentina.