Crítica: El gran mercado del mundo – Calderón en el TNC

Crítica: El gran mercado del mundo - Calderón en el TNC

Nota: 9 sobre 10

Llega al Teatre Nacional de Catalunya un auto sacramental de Calderón de la Barca: El gran mercado del mundo. Una pieza escrita por este reputado dramaturgo del Siglo de Oro y que, ahora, se revisa con una mirada contemporánea. Xavier Albertí es el director de esta sorprendente obra que se acaba de estrenar en el TNC y que te sorprenderá, seguro.

El gran mercado del mundo, una obra alegórica sobre los pecados

Los autos sacramentales en el Siglo de Oro se preparaban para la celebración de eventos religiosos y que se representaban el día del Corpus. Un tipo de texto teatral que solía presentar una estructura alegórica y que estuvo muy en boga en España hasta que en el 1765 fue prohibido por la iglesia católica. Calderón fue uno de los dramaturgos que más cultivaron autos sacramentales y, ahora, gracias al trabajo del TNC podemos volver a disfrutar de uno de ellos con una mirada más moderna y actualizada.

En El gran mercado del mundo la obra arranca con el anuncio de La Fama sobre la celebración de un gran mercado en el que se venderán una gran cantidad de virtudes. El Genio Bueno y el Genio Malo serán los principales compradores de este mercado e irán acudiendo a cada una de las tiendas para valorar cómo terminan gastando su talento. Figuras como la Lascivia, la Inocencia o la Soberbia aparecerán personificados sobre el escenario con un vestuario muy acertado y llamativo.

Una buena aproximación a los autos sacramentales

Albertí ya anunció en la rueda de prensa que una de sus motivaciones a la hora de montar El gran mercado del mundo fue la de acercarse a este subgénero teatral que fue tan importante en la tradición literaria española pero que, hoy en día, ha quedado relegado a un segundo plano.

Y esa voluntad de ver cómo esta tradición ha hecho mella en nuestra cultura es lo que vemos sobre el escenario del TNC ya que el director ha querido unir esta pieza litúrgica con canciones de musicales que formaron parte de los espectáculos cabareteros del Paral·lel.

El resultado es sorprendente y, si bien es una apuesta arriesgada, a mí personalmente me pareció que encajaban bastante bien. Quitándole toda la parte religiosa y moralista a la obra, en El gran mercado del mundo nos encontramos con un análisis del ser humano, un ser en cuyo interior convive el bien y el mar, que tiene trazos de inocencia, soberbia, culpa, humildad… Y esa parte más canalla, más lasciva y descarada es la que podemos ver plenamente en los números musicales que nutren el espectáculo y que, por cierto, están muy bien defendidos.

Una puesta en escena diferente

Uno de los elementos que más destacan de esta producción del TNC es la puesta en escena ya que, sobre el escenario, vemos una atracción de feria que va dando vueltas y más vueltas con los personajes dentro. Aunque a primera vista es un elemento muy sorprendente y original, lo cierto es que a mí me causó cierta incomodidad: los personajes estaban muy lejos del público y las acciones quedaban limitadas al movimiento del vehículo.

Otro apunte que no acabó de convencerme: el uso del ventilador con el que se inicia y se acaba la obra.  Es molesto. El ruido hace que, al principio, el texto no se oiga bien y que sea un auténtico descanso cuando se apaga. Para mi parecer es un recurso totalmente prescindible.

Buenas interpretaciones

A nivel interpretativo cabe apuntar que, aunque hay muchos personajes sobre el escenario, no se profundiza en todos. De hecho, los protagonistas de la obra serían los dos genios, la Gracia y la Culpa, que es quién intenta engañar a los genios para salirse con la suya. Y cabe decir que todos ellos hacen un buen papel, sobre todo, Silvia Marsó que hace un monólogo buenísimo con el que se come el escenario.

En resumen, El gran mercado del mundo que ha llegado al TNC es una obra original, divertida y diferente que nos acerca a un subgénero teatral que había quedado relegado en la historia de la literatura y que, ahora, se nos muestra de una forma nueva. 


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