critica poncia (1)

Cartelera teatro Barcelona

Luis Luque escribe y dirige Poncia, una obra de teatro protagonizada por Lolita Flores y que se inspira en el personaje de Lorca que aparece como secundario en su magistral obra “La casa de Bernarda Alba”. Poncia, la criada de Bernarda, toma voz en esta propuesta que parte justo después del suicidio de Adela.

El planteamiento de esta obra es muy original e interesante, siempre me ha llamado mucho la atención darle voz a los personajes secundarios que han pasado a la historia y que están llenos de posibilidades y de historias. En el caso de Poncia, es uno de los personajes más queridos de Lorca y también se había quedado sin historia. Hasta ahora.

Poncia, una obra que recupera la voz y el pensamiento de la criada de Bernarda

La obra comienza justo después del suicidio de Adela y Poncia, la fiel criada, habla sobre cómo han tenido que simular la muerte de la joven para poder enterrarla en tierra santa. Hace un repaso de cómo se recibía el suicidio en la España de la época y cómo se recibía a una mujer que no era virgen cuando moría sin estar casada. Apuntes históricos que nos ayudan a situarnos en el contexto histórico y volver a adentrarnos en el asfixiante mundo de Bernarda y sus hijas.

En la primera parte de la obra, vemos a Poncia haciendo un repaso de lo sucedido en aquella casa, reflexionando sobre el amor, sobre la educación y sobre las mujeres en la época. Y todo lo hace con un lenguaje muy poético, culto, elevado. Un lenguaje que dibuja imágenes en nuestra mente y que nos enriquece…

Pero, un momento, ¿no estábamos hablando de Poncia, la criada? Sí, pero esta criada que nos presenta Luis Luque es una criada refinada, elevada, una criada que parece haber pasado por un proceso “pigmalionano” y, ahora, presentarse como una señorita de cuna y literata.

En la segunda parte de la obra, para mí la más interesante, encontramos un poco más a Poncia. En lugar de reflexionar sobre los hechos de sobras conocidos, nos adentramos en su vida, en su historia de amor, en su pasión por el mar y la libertad… Aquí es cuando Poncia realmente toma el protagonismo en esta obra pensada para que ella brille. Aquí es cuando en Poncia vemos a Poncia, la conocemos un poco más, entramos en su intimidad, en sus deseos…

Lolita defiende muy bien el personaje, de hecho, es una de las mejores interpretaciones que he visto de la actriz y cantante. Le da ese toque dramático que el director le ha indicado, ese lirismo y ese sentimiento. Dibuja a una Poncia dolida, enrabiada, una Poncia llena de amor y de rencor por partes iguales. Pero esa Poncia no es la Poncia de Lorca, al menos para mí.

Un diseño de escenario precioso y simbólico

Estamos ante una obra poética y, como tal, el diseño del escenario también ayuda a embellecer el mensaje. Mónica Boromello, diseñadora del espacio escénico, lo logra con creces. Consigue crear un escenario en el que seguimos encerradas, pero en un encierro un poco más liviano, un encierro con sábanas blancas que transpiran y dejan entrever, al menos un poco. Y es que eso es lo que aporta Poncia en esa casa: un rayo de luz, un rayo de esperanza.

La música dirigida por Luis Miguel Cobo también es sublime. Consigue elevar las escenas, darle ese toque intimista y cargado de sentimiento. Hay momentos muy bonitos en esta propuesta, pero uno de los más emocionantes es cuando Poncia se desviste tras la sábana y Lolita entona una canción. Pelos de punta.

Una obra muy bonita, pero no encaja con Poncia

Poncia es una obra poética, bonita, intensa, dramática… Una obra que tiene un lenguaje muy cuidado y una puesta en escena cargada de significado. Pero este tipo de obra no me encaja con Poncia. Hay muy poca Poncia en esta Poncia, solamente al final vemos un poco al personaje, pero a lo largo de la obra, lo que vemos sigue siendo su sombra, hablando de lo sucedido en la casa y haciendo reflexiones que, aunque bonitas, no me cuadran con la esencia del personaje lorquiano.

Se ha apostado por hacer un lavado de cara de Poncia y darle un lenguaje muy culto y poético, demasiado para la naturaleza de este personaje. Sus movimientos, el tono de su voz, la elegancia de su presencia no es la de una persona de a pie. Me ha faltado naturalidad, espontaneidad, un lenguaje más llano, más sencillo, para realmente ver a Poncia en el escenario. Y no ha sido así. He visto una obra sobre el clásico de Lorca, pero para mí, no he visto a Poncia.

En definitiva, la obra que nos presenta Luis Luque es una bonita manera de volver al clásico de Lorca y recuperar la trágica historia de las mujeres encerradas. Sin embargo, al escoger a Poncia como protagonista, me esperaba dos cosas que no se han cumplido: la primera, conocer mejor a Poncia, su historia, su vida, su psique…; la segunda, asistir a un relato que, aunque poético y cuidado, fuera más natural, más acorde con la naturaleza del personaje.

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