Crítica: Pareu de parar-me - Sala Fènix

Silvia Sopale y Carolina Torres presentan Pareu de parar-me, una pieza teatral que surge del proyecto de denuncia #PareuDepararme y que podéis consultar en su web, así como firmar el manifiesto.

La Sala Fènix acoge este espectáculo interpretado por Silvia Sopale y  en el que se denuncia la actuación racista de la policía cuando pide identificarse a personas únicamente motivadas por su color de piel. ¿Cuántas veces te han parado a ti, persona blanca, para pedirte los documentos? Pocas, ¿verdad? O, seguramente, ninguna.

Pues esta no es la realidad de muchas personas que viven en nuestra ciudad. Personas de otras razas que son tildadas de delincuentes o de sospechosas únicamente por su piel.

Pareu de parar-me, una propuesta teatral que denuncia las identificaciones racistas de la policia

Silvia Sopale, una de las fundadoras de la cía No es país para negras, vuelve a la Fènix para presentar una nueva propuesta teatral: Pareu de parar-me. Se trata de una obra que está pensada para difundirse en escuelas e institutos y que alzan la voz ante una realidad silenciada: el racismo que existe en nuestro país. 

Y ya no hablamos del racismo social, no: ahora escalamos un nivel más alto para hablar del racismo institucional, esas instituciones que en teoría defienden el derecho a la igualdad, pero que son las primeras que discriminan y que acusan a personas inocentes únicamente por el color de su piel.

Sobre el escenario, Silvia nos invita a que nos pongamos en la piel de muchas personas que, al igual que ella, son paradas constantemente por una “identificación aleatoria”. Esa es la justificación policial. Pero les paran. Les meten miedo. Les hacen sentir vergüenza. Les señalan con el dedo. Porque son peligrosos, al menos, lo parecen. Es “natural” esa selección que hace la policía cuando ve a gente por la calle (ojo, esto no lo digo yo, lo dice un cap dels Mossos cuyas palabras aparecen en la obra y también se vieron en Els Matins de TV3).

A nivel teatral, Pareu de parar-me tiene algunos fallos. Por ejemplo, el uso de las cajas es un poco engorroso. Silvia no deja de colocar y tirar cajas como única acción en toda la obra y se hace un tanto repetitivo. También hay escenas e ideas que son repetitivas. Sin embargo, es una obra que SE TIENE QUE VER, se tiene que mover y, sobre todo, tiene que LLEGAR A LOS INSTITUTOS.

Y ese es el objetivo: que Pareu de parar-me se vea en los espacios educativos, lugares en los que se crea la mentalidad del mañana y donde los jóvenes tienen que conocer esa otra realidad. Y no solo conocerla: DENUNCIARLA. 

Estamos ante una propuesta que, más que teatro, es una denuncia social teatralizada. El teatro se emplea como vía para denunciar una realidad que, para muchos de nosotros, no era tan visible. Una herramienta para sacar a la luz y  mostrarnos lo que realmente pasa en nuestras calles.

Tenemos que dejar de ser cómplices de ello. Así que lo primero es adherirse al manifiesto y, lo segundo, dejar de tener miedo y alzar la voz para denunciar la discriminación racial y el abuso de poder que la policía muchas veces ejerce.


Crítica: Pareu de parar-me - Sala Fènix

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