Martí Torras nos presenta Not My Monkeys, una sátira sobre el capitalismo que nos enseña que nunca es tarde para aprender. Esta obra ha formado parte del Festival GREC 2024 y actualmente la han reestrenado en el Teatre Eòlia, donde podrás disfrutarla hasta el 29 de septiembre.
Not my Monkeys, una crítica al capitalismo
¿Qué sucede cuando te obligan a ser feliz, sin darte la oportunidad de elegir tu camino? Esto es lo que le sucede a Trini, la protagonista de Not my Monkey.
Trini es una trabajadora de la empresa Sahara Drinks, una gran multinacional que cree que tener una buena actitud frente al trabajo es la única manera de tener éxito. Nuestra protagonista se considera una sahi, es decir, una trabajadora apasionada de Sahara Drinks y, por eso, nunca deja de sonreír.
Su trabajo como controladora de felicidad, hace que tenga que obligar a sus trabajadores a sonreír de la misma manera que ella, sin importar sus situaciones personales. Trini asegura que cada reto que te da la vida se tiene que responder con una actitud de agradecimiento, ya que nos enseña que “nunca es tarde para aprender”.
Sin embargo, un día llega una carta de despido y, aunque Trini no quiere dejar de sonreír, sus emociones la superan. Es entonces cuando se siembra la semilla de una revolución, que desencadena en acampadas, cadenas y huelgas. Esta obra presenta, frente a los espectadores, las consecuencias de la dictadura de la felicidad en el mundo laboral.
Una puesta en escena muy cuidada
Cuando los espectadores entran en el Teatre Eòlia, se encuentran con una sala de unas 70 butacas, ubicadas a ambos laterales; de manera que el escenario queda en la zona central. Simplemente con esta presentación, ya sabes que vas a ver algo diferente y estás dispuesto a que te sorprendan.
Cuando los actores salen a escena, lo hacen cargados de energía y tratan de contagiar al público haciéndoles poner de pie, contestando a sus preguntas o incluso haciendo una danza de relajación. El vestuario está muy cuidado y los tres actores consiguen una estética conjunta muy adecuada para la obra.
Sin embargo, la escenografía es bastante minimalista y no te permite entrar siempre en la historia, ya que ves que estás en un teatro durante todo el tiempo: pasillos, cables, focos, etc. La música, sonido y videos son originales y han sido trabajados con mucho cuidado para que produzcan exactamente la sensación deseada en los espectadores.
Los tres actores —Rafa Delacroix, Diana Gómez y Georgina Latre— hacen un trabajo excelente en escena, aunque quiero destacar el trabajo de Rafa, ya que es el actor menos conocido del trío, pero ofrece una actuación impecable, con personajes muy distintos y que atrapan al espectador en todo momento.
Una historia actual, pero sin profundizar
El tema del capitalismo y la lucha obrera ha estado presente desde el inicio de los tiempos; sin embargo, ahora es una cuestión muy candente a causa de la aparición de las grandes macroempresas. Este es un argumento que nos afecta a todos y con el que todos los espectadores deberíamos sentirnos identificados.
No obstante, Not my Monkeys no profundiza demasiado en la realidad de los trabajadores y lo que realmente significa el capitalismo. Se habla acerca de un tema muy importante, pero siempre desde la superficie. De manera que, cuando el espectador sale del teatro, no tiene la necesidad de seguir pensando acerca del asunto o cambiar algo de su vida, sino que simplemente ha visto una obra de teatro entretenida. Sinceramente, sabiendo que esta había sido una obra de teatro que había participado en el festival GREC de Barcelona, esperaba mucho más.
En definitiva, Not my Monkeys es una buena obra de teatro para disfrutar con el montaje y la actuación de los actores, aunque no hayan sido capaces de profundizar en las consecuencias reales y actuales del capitalismo.
- Lo mejor de la obra: El montaje profesional y el trabajo en escena de los actores.
- Lo peor de la obra: Que no hayan sido capaces de profundizar en las consecuencias reales y actuales del capitalismo, ya que es el tema principal de la obra.
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