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Giulia es la nueva producción de Gespalka’p que hará que nos traslademos hasta el siglo XVII para ser cómplices de los crímenes de Giulia Tofana. Una obra repleta de sorpresas, con actuaciones estelares, música en directo e interacciones con el público que nos planteara cuestiones tan recurrentes entorno a la libertad, el miedo, la justicia con preguntas como ¿qué seriamos capaces de hacer para conseguir nuestra libertad?
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ToggleGiulia es el reflejo de la mujer feminista en pleno siglo XVII
Con tan solo abrir las puertas de la sala ya nos trasladamos a otra época, concretamente al siglo XVII. La primera escena: un hombre y una mujer sentados en una mesa. Se nos presenta a su protagonista, Giulia Tofana, una mujer que se dedica a crear perfumes. Pero no todo es lo que parece. Y es que ella hará lo que sea para ir más allá, llevando esa libertad tan ansiada que ella consiguió al quedarse viuda a todas las mujeres. Su solución: acabar con los hombres. Su método: el veneno.
Durante los 80 minutos de la obra podremos vivir de primera mano la vida de esta mujer tan temida y admirada a partes iguales que fue la causante de la muerte de 600 hombres. El tránsito entre épocas es uno de los recursos más usados en esta obra, en la que los actores María Ramírez y Mateu Bauçà nos muestran sus propios testimonios en su voz de jóvenes viviendo en el siglo XXI, con relatos repletos de sinceridad que pueden ir desde la violación hasta el más mínimo deseo de muerte.
La música y efectos sonoros aportan un toque de aire fresco a las interpretaciones
Desde el minuto uno, la música y los efectos sonoros se van introduciendo en la obra de forma natural. Ya sea con el efecto de suspense con la música y efectos escénicos que te pone en alerta pasando por las constantes interpretaciones de números musicales, Giulia es una obra que sin duda ha dado la nota.
De la mano de Mateu al piano y la voz con el acompañamiento de María (o Giulia) con sus bailes, nos moveremos al ritmo de versiones de temas como Pienso en Tu Mirá de Rosalía o hasta de un rap feminista creado por los propios actores para esta obra.
Cabe destacar también las grandes interpretaciones de María Ramírez y Mateu Bauçà, dos jóvenes actores salidos de la Eòlia para llenar las salas de teatros con esta producción. Se enfrentan sin duda a su etapa más polifacética, en la que se tendrán que mimetizar con el personaje que interpretan además de dejarlo de lado en otras escenas para presentarse como ellos mismos en vez de como Giulia y la representación de los hombres matados. Sin duda, un trabajo excelente signo de admirar.
Obra muy dinámica que en algunos momentos te puede hacer perder el hilo
El dinamismo es una de las principales características de Giulia, obra que, seguro que hará sacar las emociones más profundas, pasando de la carcajada a la seriedad entorno a temas más duros, pero a la vez reales. Desde el primer instante, podemos ver cambios de escena, de época, constantes transiciones entre lo que es la historia que se intenta explicar y la realidad más cruda de Maria y Mateu.
Es verdad que en algún momento me quedé confundida, como si hubiera perdido el hilo de la historia intentando encontrar el límite entre la realidad y la auto-ficción. Me pasó más a menudo hacia al final, concretamente con el juego de beber en el que pasan drásticamente de mantener una conversación entre amigos a mimetizarse con Giulia y el marido de la mujer número 600. Creo que esta constante ida y venida puede provocar un poco de mareo al espectador que ve la obra por primera vez.
Con todo y con eso, hubo momentos en los que sí que agradecí esta conexión de amigos de toda la vida de los actores y su forma de hablar de tú a tú. Esto permitió que todo fluyera, con interacciones con el público incluyéndonos en todo momento en la obra, animándonos a formar parte de ella al contar experiencias propias y siendo partícipes de sus juegos como el del confesionario o bien el juego el del precio justo. Podréis disfrutar de Giulia hasta el próximo 20 de diciembre en el Teatro Tantarantana.
- Lo que más me gustó: el conjunto de la obra, destacando las aportaciones musicales que son como un soplo de aire fresco
- Lo que menos me gustó: no saber en qué muy bien en que momento se pasaba de la realidad a la ficción. Puede crear desconcierto.