Crítica: Blanca Navidad – Toni Moog

Nota 8 sobre 10

¿Sois de los que os lo pasáis bien durante las Navidades? ¿O sois de los que estáis hartos de tópicos y queréis que pasen lo más rápidamente posible? Mientras discutíamos sobre este dilema, fuimos a ver el espectáculo de Toni Moog Blanca Navidad, que se representa cada año en estas mismas fechas en el Club Capitol de Las Ramblas de Barcelona.

Esta es la novena temporada en que se representa este monólogo, dedicado a estas fechas tan señaladas en el calendario. Fechas en las que se come en exceso, se bebe en exceso y se comparten momentos muy agradables con la familia…o no.

Para ponernos en situación Toni Moog comienza su disparatado monólogo haciendo alusión a los temas políticos, (¿cómo no?) que serán motivo de conversación en las celebraciones familiares, él sin embargo, se declara apolítico, pero eso no significa que no haga un buen repaso desde su visión gamberra y disparatada de los momentos que en este ámbito estamos viviendo. Esta parte para nosotros fue quizás, una de las más divertidas del show.

A continuación habla de los lugares comunes de las fiestas, de los familiares como las abuelas, según él, las auténticas protagonistas de las fiestas navideñas. No deja títere con cabeza, mezclando los turrones con sus amigos del barrio, y a su vez, con los “inefables” anuncios navideños, que año tras año nos repiten en televisión.

Todo ello desde su peculiar punto de vista, claro está, y con su vocabulario no apto para oídos sensibles. Pero la gracia con la que nos explica las hilarantes anécdota está por encima de este detalle. Con el público, como siempre, la relación fue muy cercana, haciéndolo partícipe y metiéndose con él, eso sí, siempre desde el buen rollo y el respeto.

Con un éxito total de público, ya son más de 100.000 espectadores que han visto Blanca Navidad, no va a tardar en convertirse en un clásico de las Navidades, esperada cada año como si de la versión para adultos de “Els Pastorets” se tratara, haciéndonos pasar estas fechas, para algunos a veces no tan alegres, con una sonrisa en la cara.