Altsasu ha llegado a Barcelona por pocos días para recordarnos una historia real que tuvo lugar en la localidad de Altsasu. Este espectáculo, que fue nominado como Mejor Espectáculo y Mejor Autoría Teatral en los premios MAX, hace un repaso a los acontecimientos que ocurrieron la noche de carnaval en un bar.

Altsasu, una obra sobre el hecho real que tuvo lugar en el 2016

El Teatre Romea de Barcelona ha acogido el espectáculo teatral Altsasu, un montaje que narra lo que sucedió el 15 de octubre del 2016 en el bar Koxka, en Navarra. Aquí, dos agentes de la Guardia Civil denunciaron haber recibido una paliza por parte de varios vecinos y, en concreto, señalaron a dos.

Este caso, rápidamente, fue asunto de Estado y, debido a la denuncia impuesta por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, los dos detenidos fueron acusados de terroristas. Actualmente, los dos jóvenes siguen en una prisión de Madrid, alejados de sus familiares y amigos.

Una historia real explicada desde las dos perspectivas

En la obra de teatro Altsasu conocemos todos los puntos de vista de los protagonistas de la historia: a los dos agentes de la Guardia Civil junto a sus parejas, y a los dos jóvenes condenados a prisión. Gracias a esta narración calidoscópica podemos escuchar las dos partes y seguir los hechos tal y como sucedieron.

Y, al final, la desproporcionalidad de la acusación cae por su propio peso. Esto se ve, sobre todo, en un alegato final en el que la madre de uno de los policías dice que, a causa de la pelea, su hijo tuvo que pasar 6 meses en rehabilitación a causa de las lesiones. Por otro lado, la madre de uno de los detenidos dice que, a causa de la pelea, su hijo está en prisión y se pasará muchos años de su vida encerrado. Por una pelea de bar.

Interpretaciones excepcionales del elenco actoral

Los cuatro intérpretes, Nagore González, Egoitz Sánchez, Aitor Borobia y Ane Pikaza, hacen un trabajo sobresaliente. Los cuatro son los que encarnan a todos los personajes más conocidos de la historia: los policías, los acusados, las parejas de los policías, las madres, la abogada y la jueza. Una multitud de voces bien diferenciadas que nos permiten escuchar la historia desde diferentes perspectivas y ver la crudeza de los hechos.

Una historia en la que, además, se nos recuerdan otros casos en los que ha existido atentado a la autoridad y cuyas condenas han sido muy diferentes: en la gran mayoría, multas económicas, pero en ninguna ocasión, pena de cárcel. ¿Qué pasó en Altsasu, entonces? ¿Cuál es el mensaje que se quiso mandar desde las altas esferas?

Parece claro, ¿no? Imponer el miedo para calmar la rebelión. Imponer el miedo para silenciar otras voces. Imponer el miedo para castigar.

Lo mejor de Altsasu es que, con la narración de la historia, se llega a una conclusión que es más que evidente. Y la historia se explica desde diferentes voces, intentando ser objetivos, mostrando los dos puntos de vista. Pero, al final, no hay otra lectura que la que es: la sentencia fue desproporcionada y, actualmente, dos jóvenes siguen encerrados en la cárcel. Por una pelea de bar.

  • Lo que más me gustó: La contraposición entre la historia de los policías, frente a las cámaras, con la ofensa como bandera y la historia de los dos jóvenes que, ante el ruido mediático, están encerrados en la cárcel, en silencio y sin saber cuándo podrán salir.
  • Lo que menos me gustó: Se me hizo un poco larga. Hay algunas escenas que se podrían recortar y algunas intervenciones de la abogada y la jueza que son muy técnicas y un tanto densas.
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