Todas las personas que habéis nacido entre finales de los 70s y principios de los 80s me entenderéis. Ahora que ya no tenéis veinte años, quizás tengáis críos, muchas más responsabilidades, eso seguro, y pocas “noches de sábado”. Sin embargo, conserváis el mismo espíritu joven, con las mismas ganas de disfrutar. A lo mejor necesitas ideas y propuestas para tomarte un sábado libre o simplemente necesitas ver que se puede, que otras personas, en tu misma situación, lo hacen…
Yo soy una de esas personas que ahora tiene una taza que dice “cuenta la leyenda que antes salía cada fin de semana” pero, el pasado sábado disfruté, como mi yo veinteañera, con el concierto de Celtas Cortos en la Sala Razzmatazz.
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ToggleCeltas Cortos ofreció un conciertazo en el Festival Empremtes
El pasado 27 de abril Celtas Cortos cerró la tercera edición del Festival Empremtes, un ciclo de conciertos que ha ido haciéndose cada vez más amplio y diverso y que como resultado a la calidad de sus artistas se ha convertido en un evento imprescindible en la escena musical de Barcelona.
Con más de dos millones de discos vendidos, pocos no conocerán a Celtas Cortos. Ese grupo de rock con inspiración de música celta que nació en Valladolid en 1984. El grupo surgió entre un grupo de alumnos del Instituto Delicias de Valladolid con inclinación por la música y su relación con el folclore celta.
Hoy pueden decir que una de sus canciones más icónicas “20 de abril” y cuya letra ha sido usada en más de una carta de los noventa (aquel tiempo donde aún usábamos ese sistema para comunicarnos con los amigos lejanos) cumple 34 años.
Un concierto intenso y vibrante
Celtas Cortos, una vez más en su larga trayectoria, ofreció un concierto cañero y lleno de vitalidad. La clave: esa combinación de experiencia y pasión. Experiencia que se notaba en cómo conectaban con el público, en saber como mantener la energía en el escenario, creando una experiencia inolvidable.
Y pasión hacia la música que sigue ardiendo en sus corazones. La pasión es contagiosa y se transmitió a todas las personas que estábamos allí, bailando como si no hubiera un mañana.
En su repertorio combinó éxitos clásicos con las canciones de su último disco: El Mundo Del Revés, entre las cuales encontré joyas como “A Volar”.
Un escenario emblemático
El concierto tuvo lugar en la emblemática Sala Razzmatazz con un lleno completo. Aquella antigua fábrica de Poblenou que albergó primero la Sala Zeleste como predecesora a la que es ahora Razzmatazz.
Este lugar para la música en directo y la vida nocturna en Barcelona ha acogido numerosos conciertos de grandes artistas y el de Celtas Cortos es uno de ellos.