Características de la literatura renacentista

En apenas un par de siglos,  la historia de la humanidad cambió radicalmente y el Renacimiento así lo expresó. La invención de la imprenta, la vuelta al humanismo y el reencuentro con la cultura clásica son fundamentales para entender la literatura renacentista. El Renacimiento literario trajo cientos de los textos cumbres de la historia de la humanidad. En Espectáculos BCN te presentamos las principales características de la literatura renacentista.

Cuáles son las características de la literatura renacentista

Dante, Petrarca y Boccaccio son precursores de las características de este periodo. La invención de la imprenta y la alfabetización de las clases altas impulsó la popularidad de la lectura. Esta popularidad permitió el florecimiento de la literatura en toda Europa y el renacimiento de la razón durante estos siglos. Conozcamos sus características más importantes:

Vuelta a lo clásico

El Renacimiento volvió a retomar algunas de tradiciones de la literatura grecorromana. Muchos historiógrafos se preguntan si realmente el Renacimiento significó la ruptura con el periodo anterior, la Edad Medieval, o si por otro lado es más una continuación.

El periodo histórico que abarca el Renacimiento es complejo y difícil de leer desde la perspectiva histórica. No es un periodo de vanguardia, pero ciertamente la consciencia de la sociedad buscaba un cambio.  De hecho, el Renacimiento se ocupó explícitamente de desplazar las artes en sentido contrario al usado en la Edad Media.

La desintegración de la Iglesia Católica, el nacimiento de vertientes como la anglicana y la Reforma luterana se conjugaron con el Absolutismo europeo. La formación de estados nacionales, y el surgimiento de la burguesía, que se consolidaría como eje económico y comercial del arte son el marco histórico de este movimiento. El Renacimiento busca la recuperación de lo clásico, pero ocurre en un marco histórico disímil. Estas contextualizaciones dotaron al Renacimiento de una particularidad creadora y disolutiva que franqueará toda su obra.

Perspectiva humanista

La perspectiva humanista es otra de las características de la literatura renacentista. La vuelta a la tradición grecorromana también significó volver a la filosofía e ideas existencialistas de la época. Esto produjo una separación sustancial del dogma religioso y la iglesia católica. La separación no implicaba ruptura, pero si depuso la férrea ordenación temática que impuso la iglesia durante la Edad Media.

El retorno a la racionalidad y filosofía significó también transformación de la categoría epistemológica de la vida y del arte.  La literatura, así como el pensamiento en general, abandonó la idea teológica de la expresión y se volcó al humanismo. Dios paso de ser el centro del universo al pensamiento, a tan solo una variable. El ser humano se convirtió en el núcleo de la expresión humana.

La tecnología, el avance de la ciencia impulsaron aún más la visión antropocéntrica general. La humanidad y sus vericuetos se convierten en el foco de los debates intelectuales y artísticos.

La naturaleza, “locus amoenus”

Un tópico transversal del pensamiento durante el Renacimiento fue la naturaleza. La naturaleza, como componente de la actividad y vida humana, fue considerada un símbolo de perfección y fuente de placer.

La naturaleza fue entonces entendida como una fuerza domada, dócil y servil por la humanidad. Los escenarios naturales fueron por tanto los más típicos de esta literatura. El género pastoril nace como resultado de la profunda admiración renacentista por la naturaleza y sus formas.

Más adelante, la literatura retomará la naturaleza como inspiración. Pero, será concebida como una fuerza indomable e indescifrable y por tanto temible.

Poesía lírica

La poesía lírica volvió a posicionarse entre las formas expresivas más usadas durante el Renacimiento. Este tipo de composición de carácter poético y caracterizada por la hiperestesia y la pasión, fue la forma preferida de volcarse a uno de los temas favoritos de la época: el amor.

Esta poesía se caracterizó por usar el soneto como expresión predilecta y característica. La asociación entre el soneto y el amor nació en el Renacimiento y se mantiene hasta hoy.

Discurso auto reflexivo y sencillo

El discurso auto reflexivo es otra de las características de la literatura renacentista más destacadas. La escritura se vuelve un acto de exploración y autoconocimiento, como persona y como ser humano. La literatura renacentista se vuelve llana y natural, menos enrevesada y compleja.

El hombre como fuente infinita de reflexión e indagación es la inspiración de los textos en esta época y se erige como la forma de navegar en el inmenso mundo emocional que por primera vez podía sentirse en la literatura.

Reajuste de la función moralizante

La literatura siempre ha tenido una función en la sociedad; de acuerdo a la época histórica tal función puede modificarse. Durante la edad Media, el clero y la Iglesia promovieron la literatura con la única función de transmitir valores morales. Dichos valores, obviamente, eran definidos por la corriente teológica predominante, el catolicismo. El Renacimiento, surgido entre grandes cambios sociales y culturales, trastoco la función moralizante que la literatura ejercía hasta entonces.

El Renacimiento concibió la literatura según la tradición más clásica, transfiguró la moralidad religiosa en una función aleccionadora o inspiradora. El carácter alienador persistía, pero se disminuyó la importancia de los juicios de valor impuestos por la Iglesia.

La nueva voz poética: el enunciador

El legado renacentista esencial para la literatura fue la figura del enunciador. El enunciador, es el personaje que comunica el discurso. El enunciador se comunica con el lector o la audiencia de forma directa y puede, incluso, romper el pacto ficcional.

Antes del Renacimiento el autor elidía la presencia del enunciatario/lector y simplemente describía las acciones sin mayores impresiones. El enunciador permitió enriquecer los géneros literarios y descubrir nuevas formas comunicativas literarias.

El amor y sus formas

El amor es la médula espinal que sostiene casi todo discurso durante el Renacimiento. El amor melancólico, añorante y en relación al dolor y la frustración es uno de los motivos más poderosos en el arte de esta época. Otros temas bullían alrededor del ardor amoroso, y se convirtieron en las temáticas renacentistas.

¿Cuáles son los temas más importantes del Renacimiento?

Además del amor, o en relación al amor giraban otras temáticas muy popularizadas durante el renacimiento. Por ejemplo, la mujer ideal, este será una de las temáticas más perfeccionadas y estandarizadas en esta época.

Mujer ideal

La mujer prototípica renacentista contaba con un patrón rasgos físicos: rubia, ojos claros, piel muy blanca, cuello largo. Pero , también, la paradoja entre antropocentrismo y catolicismo, introdujo la visión de una mujer adscrita a estereotipos, pero disruptiva en otros. La visión de lo femenino en la literatura renacentista se construyó en sintonía a la figura clásica y etérea, pero se le permitió, como imagen literaria,  volverse más culta y más osada aunque siempre servil, fiel y obediente.  

La literatura del Renacimiento tuvo representaciones femeninas tan distantes como la Divina Comedia y Beatrice, y Lady Hamlet de Shakespeare. La carga simbólica de lo femenino seguía denotando debilidad. Pero es en esta época donde empieza a evolucionar la visión de la mujer moderna.

Mitología Clásica

Siendo la era del resurgimiento de la cultura griega y romana, la mitología fue uno de los temas principales de sus textos. Personajes, tramas, referencias y claras inspiraciones influyen fuertemente en la creación literaria de la época.

Es también una época con una profunda censura religiosa, es por eso, que tales referencias debían ser manejadas con delicadeza. Dante, por ejemplo, por convicción y tal vez por pericia, incluyó muchos personajes y referencias a la cultura clásica en su propio círculo infernal. Y es que, aunque las deidades e incluso algunas ideas de la cultura grecorromana podían considerarse paganas, los autores encontraron formas creativas de justificar o resignificar el uso de las referencias.

Gestas caballerescas

La figura del héroe adopta una nueva usanza: el caballero andante. El género caballeresco se tornó más real y apegado a la verosimilitud a diferencia a los libros de caballería medievales. Esto dotaba al caballero de una esencia más humana, menos divina. Ensalzaban los valores humanos más nobles, y recurrían a personajes de la historia contemporánea al lector para volverlos creíbles.

El Quijote, el mayor de los caballeros, puede entenderse como literatura renacentista en transición al barroco.

Crítica

Los renacentistas usaron la literatura como una forma de cuestionar las injusticias e inequidades de la época. La visión antropocéntrica instaba a que se expusiesen los valores humanos, pero también sus vicios y debilidades. Obras como el Lazarillo de Tormes son muestra de la critica social renacentista y la exposición de sus desigualdades.

La critica también incluyó a la iglesia, sus doctrinas y sus seguidores. El Renacimiento creció durante la Reforma y la Contrarreforma así que su influencia fue innegable. Maquiavelo, Tomas Moro o Rotterdam se explayaron en cuestionamientos contra la iglesia y su doctrina, y contra el poder eclesiástico.

Pero, el Renacimiento no presentó una afrenta real contra la iglesia, las críticas siempre estaban inscritas en la negación de lo profano. El sentimiento religioso continúo siendo un motivo, pero ya no fue el único como en el medioevo.

Y así terminamos este repaso a las principales características de la literatura renacentista. ¿Crees que nos hemos dejado alguna? ¡Déjanos un comentario!

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