¡Conoce las características de la literatura de la Generación del 98! Quieres saber más sobre uno de los hitos literarios españoles más importantes de la historia reciente. Espectáculos BCN te explica cuáles son las principales singularidades de quienes integraron este movimiento literario.
Cuáles son las características de la literatura de la Generación del 98
La Generación del 98 es un término utilizado para referirse a un grupo de escritores y pensadores españoles que vivieron y escribieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Sus trabajos significaron la renovación estética y filosófica de constituiría los fundamentos de la literatura del siglo XX.
Esta Generación en plena transición temporal, cultural y social, se caracterizó por su profunda preocupación por los problemas sociales y políticos de España en ese momento, así como por su reflexión sobre la identidad y el destino de la nación. A continuación desarrollamos algunas de las principales características de la literatura de la Generación del 98.
1. Preocupación por la identidad de España
Entre las más prominentes de las características de la Generación del 98 se encuentra la profunda preocupación por la identidad de España. España estaba atravesando una grave crisis, que incluso se conoce como “el desastre del 98”. Entre muchos otros suceso, estaba incluida la pérdida de las últimas colonias en 1898, lo que llevó a una profunda reflexión sobre la esencia de la nación española.
Los escritores y artistas de la época como cronistas expusieron los sentimientos generales de la nación española. La incertidumbre, la destrucción de la idea de la España imperial y omnipotente fueron algunos de los motores principales del pensamiento. También la profunda crítica al realismo y la moral burguesa.
Un ejemplo de ellos es la novela Niebla de Miguel de Unamuno, Augusto Pérez, el protagonista, lucha con la idea de su propia existencia y busca respuestas sobre su identidad. Esta búsqueda de identidad personal refleja la búsqueda más amplia de identidad nacional que parecía representar al grueso de la población de la época.
2. Interés por el entorno rural
Otra de las características de la literatura de la Generación del 98 más distintivas fue el fuerte interés por el entorno rural y la vida en el campo. Los escritores de esta Generación se sintieron atraídos por la España rural, en contraste con la imagen predominante de la España urbana y moderna. El volver al campo se convirtió en un tópico recurrente, y la visión bucólica de la vida simple y campestre en contraste con la agitada, bulliciosa y miserable urbanidad eran constantes en los relatos. Una necesidad constante de volver a las raíces, a lo simple y tradicional.
Campos de Castilla de Antonio Machado es un claro ejemplo de este interés por lo rural. Machado explora la belleza y la melancolía de la vida en el campo, así como las dificultades que enfrentan las comunidades rurales.
3. Tradición popular
Concatenado al retorno al entorno rural y la idealización de la vida campestre, encontramos un profundo interés en la tradición popular española, incluyendo las costumbres, las leyendas y la cultura popular. El uso de estas tradiciones les permitía también hacer crítica a los cánones sociales y las clases sociales aún profundamente vinculadas a lo burgués y monárquico.
Estos escritores buscaron enriquecer sus obras incorporando elementos de la tradición popular. Vicente Blasco Ibáñez, por ejemplo, en La Barraca ensalza la riqueza de la tradición popular -mayormente rural- para crear sus personajes.
4. Renovación de los géneros literarios
Ramón María del Valle-Inclán es considerado uno de los más grandes renovadores de la tradición literaria y del teatro español. Uno de los más grandes representantes de las “vanguardias” nos presentó por primera vez su “esperpento” en las Luces de Bohemia. El nuevo estilo de narración distorsionaba la realidad para resaltar la grotesca y absurda naturaleza de la sociedad española de la época.
Este enfoque innovador en la narrativa influyó en generaciones posteriores de escritores y que representaba el sentimiento de los creadores por renovar los géneros y crear algo más adaptado a su realidad. Lo mismo sucede con Unamuno y su nivola.
5. Anti-realismo
Esa búsqueda de la novedad y la necesidad de conseguir un escape al “desastre del 98” dio paso a otra de las principales características de la literatura de la Generación del 98: la tendencia hacia el anti-realismo. A menudo los escritores del 98 se alejaron de las representaciones realistas tradicionales en favor de una visión más subjetiva y simbólica de la realidad. Lo que posteriormente influiría profundamente en la imaginería del surrealismo.
Soledades, galerías y otros poemas de Antonio Machado es muestra de esta tendencia. Encontramos allí una poesía que se aleja del realismo convencional para explorar temas más abstractos y filosóficos. Los versos de Machado a menudo se centran en la búsqueda de la verdad y la belleza en un mundo en constante cambio.
6. Actitud pesimista
La dura realidad que asolaba la nación también se convirtió en una atenuante para que la literatura fuera una expresión de los sentimientos de desolación y pesimismo generalizados. Los artistas no podían más que usar sus obras para mostrar el desencanto y desilusión frente a los problemas sociales y políticos que enfrentaba España.
José Ortega y Gasset, uno de los más importantes ensayistas del habla hispana, supo exponer con destreza estos sentimientos. En La deshumanización del arte, aborda la crisis cultural y artística de la época criticando la falta de vitalidad y autenticidad en la sociedad y el arte de su tiempo.
Escritores de la Generación del 98
Los escritores de la Generación del 98 más destacados incluyen a autores como:
- Miguel de Unamuno
- Pío Baroja
- Ramón del Valle-Inclán
- Azorín (seudónimo de José Martínez Ruiz)
- Antonio Machado
- Ramiro de Maeztu
- José Ortega y Gasset
Como ves, son algunos de los escritores españoles más famosos e importantes de la historia. Cada uno de estos autores tenía su propio enfoque y estilo literario, pero compartían una profunda inquietud por la crisis de valores y la decadencia cultural que percibían en España después de la pérdida de sus últimas colonias en 1898, como resultado de la derrota en la Guerra Hispano-Estadounidense.
Históricamente este hecho representó la pérdida de las últimas colonias españolas en América, y por tanto la transformación del concepto de identidad nacional, de sociedad , Estado y gobierno.
