Siendo uno de los máximos exponentes del Romanticismo literario español, Gustavo Adolfo Bécquer y sus obras se encuentran por todas partes: en el libro de texto y en las librerías, pero también en un espeluznante cementerio en ruinas, en la niebla que cubre las montañas al salir el sol, en el poderoso ruido de una cascada en el bosque, y en la agenda escolar de cualquier estudiante de instituto enamoradiza y un poco peliculera. Vamos, como Bécquer mismo.
Hoy en Espectáculos BCN nos adentraremos en el magnífico pero turbulento mundo del Romanticismo a través de una presentación de las obras más importantes de Bécquer, uno de los literatos imprescindibles de la literatura española.
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ToggleGustavo Adolfo Bécquer y el Romanticismo
La corriente literaria del Romanticismo en España es tardía y corta comparada con su presencia en otros países europeos como Alemania y Francia, donde se había empezado a desarrollar ya durante la segunda mitad del siglo XVIII. En el caso de España, el Romanticismo en sí empezó a mostrarse a principios del siglo XIX, con autores como José de Espronceda, Mariano José de Larra, el Duque de Rivas o José Zorrilla entre otros, y fue substituido por el realismo, que dominó la segunda mitad del siglo.
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836. Su situación cronológica es por lo tanto aún más tardía en el contexto del romanticismo y de su influencia literaria en la época, por lo que a menudo se le considera representante del Posromanticismo o Romanticismo tardío.
A pesar de la decaída de este movimiento literario, las obras de Bécquer cumplen con las características más representativas de la corriente romántica, con temáticas como el amor, la pasión y el sufrimiento amoroso, el misterio y el terror, la individualidad y subjetividad del “yo”, el oriental y exótico, la espiritualidad y religión, lo fantástico, la muerte, y la soledad. A diferencia de la literatura romántica española anterior, esta literatura posromántica se centra más en lo íntimo y sentimental, particularmente en poesía.
Aunque Bécquer escribió tanto poesía como prosa, teatro (particularmente zarzuelas) y artículos periodísticos, su prestigio y reconocimiento actual proviene principalmente de sus poemas y de sus leyendas en prosa. ¡Vamos a descubrir sus obras más importantes!
Las obras más importantes de Bécquer: Rimas
La obra Rimas presenta el conjunto de poemas escritos por Bécquer y reunidos en una sola colección por sus amigos, que la publicaron después de la muerte del poeta a los treinta y cuatro años (1870). Aunque ediciones contemporáneas han recopilado hasta más de noventa de las piezas líricas del autor, la primera publicación en 1871 contaba con 76 poemas, modificados y reordenados a partir de un manuscrito original de Bécquer titulado Libro de los gorriones.
La temática dominante en su obra poética es la del amor, tanto su exaltación como su relación con el desengaño y la traición. Es por eso que su poesía toma un carácter marcadamente íntimo y sentimental, utilizando frecuentemente la primera persona y la segunda (dirigiéndose a la mujer). Aunque se desconoce el orden en el que Bécquer escribió sus poemas, la publicación de 1871 se estructura según la temática de los poemas, siguiendo distintas fases del amor y la poesía: reflexión sobre la poesía; la exaltación del amor; el desengaño amoroso; y el dolor, angustia y muerte.
La poesía de Bécquer destaca por su estilo simple, breve y popular, anticipando el nacimiento de la poesía moderna – y es que se encuentran más versos de Bécquer en los pies de foto de Instagram que de Góngora por algo…
Te dejamos aquí con una selección de los poemas más famosos de Bécquer:
Rima I:
Yo sé de un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
carencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es escuchar; que no hay cifra
capaz de encerrarlo, y apenas ¡oh, hermosa!
Si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, contártelo a solas.
Rima IV:
No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras en la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;
mientras la humanidad, siempre avanzando
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras sintamos que se alegra el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanza y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa
¡habrá poesía!
Rima X:
Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman;
el cielo se deshace en rayos de oro;
la tierra se estremece alborozada;
oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas; mis párpados se cierran… ¿Qué sucede? –
¡Es el amor que pasa!
Rima XXI:
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía!, ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.
Rima XXIII:
Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… yo no sé
qué te diera por un beso.
Rima XXX:
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó en su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?
Rima XXXVIII:
Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
Rima LII:
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!
Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!
Rima LIII:
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán;
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día…
esas…¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…desengáñate,
¡así no te querrán!
Leyendas, otra de las obras más importantes de Bécquer
Las Leyendas son otra de las obras más importantes de Bécquer. Como buen romántico – o posromántico – que era, Bécquer hubiera sido el típico amigo que saca la historia de terror de turno cuando se hace de noche durante la acampada al bosque del cole. Estas historias inquietantes se recopilan en sus Leyendas.
Inspiradas por la tradición romántica europea con autores como E.T.A. Hoffmann, las Leyendas de Bécquer presentan también una combinación de elementos típicos del movimiento.
Estos incluyen un interés por la narración popular y nacional, interés por la historia (transcurren en épocas pasadas), la presencia de elementos fantásticos y sobrenaturales que a veces llevan a la locura, los relatos de misterio y de terror, personajes típicos románticos (soñadores, solitarios, artistas, se encuentran alejados de la sociedad), y la aparición de una mujer de belleza diabólica que seduce al héroe y lo lleva a su pérdida.
A diferencia de las Rimas, las 28 Leyendas de Bécquer fueron publicadas en vida en periódicos madrileños de la época, como El Contemporáneo o La América.
En estos relatos inquietantes, el héroe suele estar a la búsqueda de un ideal de amor o de belleza. Este, frecuentemente bajo la forma de una mujer sobrenatural y perversa, se revela como imposible, y el héroe recibe su castigo terminando en tragedia.
Siguiendo también la tradición romántica, las historias suelen enmarcarse con un narrador externo a los acontecimientos. Este introduce la situación y da paso a un narrador interno que luego cuenta el relato en primera persona.
Algunas de las leyendas más famosas de Bécquer son las siguientes:
- Los ojos verdes
- Maese Pérez, el organista
- El beso
- El monte de las ánimas
- El Miserere
Desde mi celda de Bécquer
Terminamos este repaso a las obras más importantes de Bécquer para hablar de Desde mi celda. Al puro estilo romántico y casi sacaditos de la pintura “Caminante sobre un mar de nubes” de Caspar David Friedrich, Bécquer y su hermano Valeriano se encerraron en el monasterio de Veruela para disfrutar del paisaje romántico de la sierra del Moncayo y poner remedio a la enfermedad del poeta.
Allí, Bécquer escribió Desde mi celda, o Cartas desde mi celda, una colección de nueve cartas publicadas en el periódico madrileño El Contemporáneo a lo largo del año 1864.
En ellas, Bécquer trata de nuevo temáticas románticas como la naturaleza, la soledad, la individualidad, y el interés nacional e histórico. Algunas de ellas se acercan al estilo de las Leyendas, contando relatos fantásticos o leyendas populares de la zona.
Desde memorables poemas hasta relatos espeluznantes y artículos periodísticos sacados de unas vacaciones muy a lo siglo XIX, Bécquer pudo haber llegado tarde a la moda romántica, pero pocos se comprometieron tanto a ella. Sus obras no son solo representativas de un movimiento increíblemente influyente en toda Europa, sino que son también muy accesibles para el lector contemporáneo. Y es que por muchos problemas que Bécquer tuviera en el amor en vida, no hay duda que se hace amar aún muchos años después de su muerte.
Así que desde Espectáculos BCN os animamos a dar un paseo al bosque, poner algo de Schumann, y leer Bécquer y sus obras más importantes.
Y si te gusta el rollo romántico de fantasmas, seres sobrenaturales y relatos que ponen los pelos de punta, te recomendamos además echar un vistazo a 10 novelas góticas clásicas que de bien seguro inspiraron la literatura de Bécquer.
Un comentario
Menudo insolente, tienes que respetar mas a la gente que trabaja para hacer la página web.