Crítica: Gracias por todo en la Sala Fènix

Cartelera teatro Barcelona

Alba Rubió y Ángela Palacios escriben y presentan Gracias por todo en la Sala Fènix, una comedia dirigida por Alejandra Jiménez Cascón. El equipo creativo es, pues, sobresaliente y son creadoras que ya hemos visto en anteriores producciones, tanto en esta sala, como en otras de proximidad de Barcelona. Todas las anteriores obras brillan con luz propia, por la originalidad de la propuesta, la sensibilidad, el mensaje, la comicidad… Pero, lamentablemente, esto no es lo que sucede en Gracias por todo.

Gracias por todo, una comedia en una funeraria

En Gracias por todo nos encontramos en una funeraria que nos explica los diferentes “packs” que tiene para despedir a nuestros seres queridos: el classic, el premium y el festivo que se llama “El funeral de tu vida”. Una entrada muy impactante que denuncia el negocio que hay tras las funerarias y cómo la banalización del marketing se ha metido incluso en un momento tan delicado y sensible como la muerte.

Aquí, conocemos a dos personajes que se encargan de liderar los funerales: Mariana Pia y Ester Verdugo, dos amigas de toda la vida que, hoy, tendrán que competir para ver cuál de las dos se queda con el puesto de trabajo. A partir de este momento, empieza el funeral con actuaciones musicales, momentos de broma y situaciones surrealistas que nos muestran cómo las dos compañeras dejan de ser amigas para convertirse en rivales.

Divertidos números musicales

Lo mejor de Gracias por todo son las canciones. Y es que las creadoras han cogido temas de sobras conocidos por todos/as para cambiarles la letra y darles un toque de humor. Son divertidas, irónicas y le dan a la obra frescura y dinamismo. Sobre todo, destaca el tema del rap en el que Ángela Palacios nos deleita con un gag divertidísimo y actual.

Las canciones es lo que mejor funciona en la obra, porque las dos actrices, Ángela Palacios y Alba Rubió, tienen unas bonitas voces que, además, se compenetran a la perfección.

Interpretaciones demasiado subidas de tono, poco creíbles

Pero en Gracias por todo no funciona la dirección de las actrices. Se ha optado por presentar a dos personajes que, desde el minuto uno, sabes que van a ser cargantes. Interpretaciones exageradísimas, buscando hacer reír al público, y muy poco creíbles. Además, los dos personajes están enmarcados demasiado en los clichés de la “basta de pueblo” y “la pija paranoica” subidos al máximo.

Las interpretaciones acaban cargando mucho, tanto cómo hablan (demasiados gritos) y cómo se mueven a la hora de bailar o de moverse simplemente en sus personajes. No son creíbles en absoluto y esto hace que el texto se atraviese. Quizás, si estuviera más bajado, más naturalizado, el texto entraría mejor y algunas frases llegarían más al público; pero con esas interpretaciones, es muy difícil conectar en algún momento.

Un guion muy poco original, muy simple

En Gracias por todo tampoco funciona el guion. Aunque el planteamiento es muy interesante, no se sabe explotar bien. El desarrollo de la historia no se sabe aprovechar bien: la competencia entre dos “divas” es un tema que se ha visto muchísimas veces, así que lo esperado era que se aportara algo original, diferente, fresco… Pero no. Lo que se ve, es lo que se ha visto una y mil veces. Y el desenlace (donde normalmente se da un giro y se intenta llegar a algo) es precipitado y forzado.

En definitiva, Gracias por todo es una propuesta que, pese a tener un equipo creativo brillante y de calidad, se ha quedado un poco a medias. La extremada comicidad por la que se ha apostado y los personajes que se han creado, hacen que la obra sea difícil de creer.

  • Lo que más me ha gustado: Los números musicales. Son lo mejor de la obra.
  • Lo que menos me ha gustado: La dirección de las actrices. No son creíbles, cargan y cansan.
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