La literatura moderna no sería la misma sin el ingenio y talento de Edgar Allan Poe. Los crímenes de la calle Morgue son un clásico no solo por ser un cuento genial, sino por ser el primero de lo que después se conocería como género policial. En Espectáculos BCN te mostramos el genio de Poe en Los crímenes de la calle Morgue: resumen y análisis
La proposición inicial de la narración es sencilla, un crimen horrendo que aterroriza a todos. La solución del crimen si será compleja: el detective aficionado Dupin, con su tremenda capacidad analitica, resuelve el enrevesado misterio. ¡Vamos a repasar el argumento!
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ToggleLos crímenes de la calle Morgue: resumen
El narrador, un inteligente y solitario inglés, conoce y se muda rápidamente con un peculiar francés llamado Dupin. Aficionados ambos a la paz, la soledad y el análisis, se refugian juntos durante el día y pasean de noche. Dupin demuestra su agudeza e inteligencia ante el inglés, adivinando el hilo de su pensamiento.
Poco después, leyendo juntos el periódico local, se enteran sobre el horrible asesinato de una anciana y su hija. El periódico les provee descripciones detalladas sobre las extrañas circunstancias y los sangrientos ataques, haciéndoles interesarse por la solución del terrible crimen. Las condiciones en las que son encontrados los cuerpos descartan de inmediato algunas variables y presentan muchas incógnitas. Siguen con la lectura y consiguen otras interesantes noticias sin relación aparente con el crimen de señora L’Espanaye e hija.
El periódico en días posteriores sigue recogiendo los detalles del crimen, que ambos amigos siguen con interés. Los testimonios de los vecinos presentan algunas similitudes y también algunas incoherencias. Los interrogatorios a los vecinos terminaron en algunas pistas. Todos coincidían en haber escuchado dos voces, una hablaba en francés y otra en un idioma ininteligible. Aunque los vecinos eran de diferentes nacionalidades, ninguno logró determinar en qué idioma hablaba el segundo atacante.
Dupin y la resolución del crimen
Ya estaban bastante interesados en el misterio cuando, además, un conocido de Dupin, Lebon, es acusado del crimen. Dupin ya había colaborado con la policía como investigador y le permiten, junto al inglés, entrar a la escena del crimen. Después de apenas unas pocas comprobaciones de los accesos de entrada a la casa, se despide y se van a casa.
Dupin le dice al inglés que pronto recibirán la visita de un implicado en el crimen. Tal como lo predice, poco tiempo después reciben la visita de un hombre. El detective había anunciado en el periódico que había encontrado un orangután y buscaba el dueño. El hombre que apareció era el dueño y aunque estaba implicado en el crimen, no era el asesino. El culpable era el orangután, Dupin le dice que sabe que es inocente, pero que necesita conocer la historia.
El hombre cuenta su historia: es un marinero y trajo consigo el orangután para venderlo. Pero el simio era incontrolable y violento, se escapó y terminó entrando a la casa de la familia L’Espanaye. El hombre lo había seguido hasta la casa y vio cuando el mono degolló a la madre y mató a la hija. El hombre gritó de espanto y los vecinos le oyeron, por eso huyó, y el mono escapó en otra dirección. Posteriormente, logró conseguir al orangután y lo vendió.
Dupin convence al marinero de declarar en la policía y liberan a Lebon quien era acusado injustamente.
Los crímenes de la calle Morgue: análisis
Poe, como antes mencionamos, es el padre de la novela detectivesca o género policial. Sus relatos crearon la fórmula clásica que seguirían las obras de este tipo de literatura tan popular. La figura central de August Dupin, el extraordinario detective, sería arquetípica en la construcción narrativa de este tipo de texto.
La muerte y el crimen en Poe
El tema de la muerte y el crimen son tópicos recurrentes en la obra de Poe. Sin embargo, el uso de una novedosa perspectiva originó uno de los géneros literarios más exitosos, el detectivesco o policial. Los crímenes de la calle Morgue abrió la puerta al nuevo mundo que presentaría el género detectivesco.
La diferencia fundamental entre textos como, El corazón delator o El gato negro, relatos del mismo tenor, y Los crímenes de la calle Morgue radica en el punto de vista. Todos estos cuentos narran la historia de un crimen; sin embargo, los dos primeros, son narrados por los culpables. Cuando Poe traslada al narrador del lado de la justicia y convierte al investigador en héroe, la percepción cambia completamente. El narrador y el lector tienen un fin en común, hilvanar una historia con las pistas y resolver el crimen.
Industrialización y criminalidad
Edgar Allan Poe escribió durante el auge de la revolución industrial americana y su maraña de cambios. La migración rural, el desempleo, y la pobreza en los cordones urbanos aumentó las tasas de criminalidad en las ciudades. El aumento delictivo condujo a una mayor especialización policial y a unos medios de expresión interesados en los detalles macabros.
La población se interesaba cada vez más en la resolución de los crímenes, métodos deductivos y teorías. Poe había tenido que desarrollar un buen instinto para las modas e intereses editoriales debido a su trabajo. Poe lograba pagar sus cuentas, a duras penas, vendiendo cuentos a revistas y participando en concursos.
Allan Poe nos deja algunas pistas de este origen en el mismo argumento de Los crímenes de la calle Morgue. Y es que Dupin y su compañero, se enteran de todos los detalles al leer el Gazette des Tribunaux. El periódico, por tanto, tiene gran importancia para la investigación. Nótese que los detalles sensacionalistas y amarillistas de los medios de la época son replicados en el texto de Poe.
En este punto Poe tenía bastante pericia, pues otro tópico recurrente es la muerte, especialmente las terribles y macabras. La letra sin parangón de Poe era ilustrísima para detallar con una exquisitez extraordinaria la muerte y lo grotesco.
El poder analítico
Poe utilizaba sus textos como una forma de expresar su predilección por la inteligencia analítica, deductiva, con toques de rareza. A partir de la figura de Dupin, Poe plantea el triunfo de la razón ante la irracionalidad, aun en circunstancias imposibles. El poder analítico que Poe deja recaer en Dupin contrastaría con la irracionalidad salvaje del orangután. En una alegoría, la lucha entre la irracionalidad y sus misterios contra la racionalidad y el poder del saber.
El poder analítico de Dupin va más allá de la recopilación de pistas, o el poder de observación o de deducción. Esas particularidades las podríamos encontrar en cualquier policía o incluso en el mismo narrador. La peculiaridad de Dupin reside en su creatividad, en la manera que puede combinar elementos en su cabeza para dar sentido al sinsentido.
El colmo del desafío mental en la composición del cuento fue, también, una novedad literaria, los misterios de habitación cerrada. El reto que suponía la resolución del crimen no parecía suficiente y Poe le agregó una circunstancia especialmente difícil. Una habitación cerrada, al parecer herméticamente, en la que ocurre un crimen aparentemente imposible de resolver, complicaba todo el argumento. El recurso fascinó al público y se convirtió en uno de los favoritos de otros géneros como el suspenso.
La fórmula ganadora
La creación de una tríada de personajes coadjutores le da carácter afable al texto que cala fácilmente en cualquier público. El inglés, el narrador, ecuánime, sensato, con una inteligencia promedio, es con el que cualquiera puede sentirse identificado. El policía, orgulloso, necio y algo alelado personaje del que todos podemos reírnos. Y, claro, Dupin, un héroe de inteligencia superior, creativo, algo jactancioso, pero digno de nuestra admiración. Una fórmula perfecta que combina elementos redituables, pero que también implica un escritor habilidoso.
La fórmula funcionó y sigue funcionando. Arthur Conan Doyle da fe de ello con Sherlock y Watson, riéndose de los tontos policías. Después Agatha Cristhie supo dulcificarlo y masificarlo con Hércules Poirot y Arthur Hastings. Incluso, Las aventuras de Tin tin y otros títulos similares han podido aprovechar la fórmula ganadora que diseñó Poe.
Los crímenes de la calle Morgue: personajes
Los personajes de Los crímenes de la calle Morgue, y en general, de las obras de Poe, son reducidos. Poe escribía cuentos cortos, rápidos de leer, y aprovechaba cada página para establecer el carácter de sus personajes y para describir escenas. Por tanto, sus personajes, en pocas palabras, están magníficamente configurados y descritos con las palabras exactas para poder entenderlos plenamente.
Auguste Dupin
El detective por placer. Considera la investigación criminal una actividad satisfactoria que le permite ejercitar sus dotes analíticos. Su carácter siempre metódico no lo hace especialmente simpático; sin embargo, empatiza con el narrador con quien después comparte morada. El sentido de justicia de Dupin es práctico no sentimental, y más que, lamentándose por las muertes, participa en la investigación para evitar la condena de un inocente.
Dupin parece, también, un alter ego del propio Poe, quien demostró la misma capacidad analítica que el detective a través de sus relatos. Poe, según muchos analistas, demostró en sus relatos dos tipos de inteligencia, raras y sobresalientes: la analítica y la abstracta. Esta última, la desarrolló ampliamente en sus relatos del tipo especulativo y metafísico característicos de su primera etapa escritural. La analítica, en la que se parece a Dupin, empezó a percibirse ampliamente cuando inicio el ciclo de relatos policiales.
Por otro lado, en este relato, igual que en otros relatos de la cuentística policial, percibimos una cierta sátira autoinfligida. Un humor negro e inteligente, difícil de percibir, que se burlaba de sí mismo o de sus lectores sagaces. Poe resaltó por sus relatos terroríficos, llenos de elementos sobrenaturales y fantasmagóricos. Sin embargo, entre las primeras reacciones de Dupin ante el crimen dice al narrador: «supongo que bien puedo decir que ninguno de los dos cree en acontecimientos sobrenaturales». Una referencia a sus obras anteriores y un tono algo divertido tomando en cuenta cuanto había escrito en ese sentido.
Narrador
Inglés viviendo en Francia. Se vuelve un amigo íntimo de Dupin y compañero inseparable, incluso mudándose con él. A través de él conocemos la trama y es su punto de vista el que expone el argumento.
Madame y Mademoiselle L’Espanaye
Las dos víctimas del orangután asesino. La vida y tragedias de ambas son expuestas por los medios de comunicación de manera amarillista. Las especulaciones sobre los motivos del crimen empiezan a ahondar en sus comportamientos y pasados, encontrándolas apacibles y honestas.
Adolphe Lebon
Trabajador de un banco que por las incorrectas deducciones de la policía termina incriminado en el crimen. La acusación en su contra es el motivo por el cual Dupin se involucra en el caso. El caso se esclarece y se determina su completa inocencia. Su supuesto vínculo con el crimen recae en una entrega monetaria que realizó el día del crimen.
Marinero
Dueño del orangután asesino. Se presenta con mucho temor y remordimiento. Intento controlar al simio, pero debido a la diferencia de tamaños fue incapaz de controlarlo. Coaccionado por Dupin esclarece los hechos ante la policía librando a Lebon de los cargos.
Orangután
Traído por un marinero para la venta, escapa en medio de la noche en la ciudad. Deambula por las calles y termina en la casa de la familia L’Espanaye matando a ambas mujeres.
Policía
Encargada primaria de solucionar el crimen. En varias oportunidades Dupin indica que a pesar de ser astuta es bastante simple en su razonamiento. El interés por el caso les presionó a conseguir un culpable y terminan acusando la opción más sencilla de justificar.
4 respuestas
me gustó mucho la publicación
Hola, el detective creado por Poe se llama August Dupin, no Lupin. Por favor realicen esa corrección.
Corregido! Muchas gracias 🙂
Quienes son los testigos de los crimeneS??