Molière: obras más representativas

Molière es un clásico que siempre aparece cuando se habla de teatro. Con unas obras indispensables que todavía se ven en los escenarios, el dramaturgo marcó la historia de la literatura y la dramaturgia. Por eso en Espectáculos BCN vamos a dedicar este artículo para hacer un repaso de las obras de Molière más representativas. ¡Seguro que las conoces!

7 obras de Molière imprescindibles en el teatro

El famoso Jean-Baptiste Poquelin, más conocido como Molière (1622-1673), fue un famoso dramaturgo, poeta y actor francés que nos ha dejado un legado literario enorme. Su interés por el teatro ya desde pequeño, cuando acudía con sus tíos a verlos, le llevó a  acceder a una compañía teatral donde él era un actor con iniciativa. Para más tarde producir él mismo sus obras, iniciándose en las farsas gracias a su talento cómico que divertía a un amplio público. Hasta que poco a poco sus obras resultaron ser todo un éxito que fueron interpretadas incluso delante del rey Luis XIV.

De entre sus obras, él sobresaltó por sus comedias, farsas, tragicomedias y ballets imprescindibles en la literatura no solo francesa sino universal. Todas sus obras muestran la esencia de la humanidad, indagando en la avaricia, la hipocresía, las pasiones humanas… otorgando un tono moralista que invita a la reflexión posterior.

Escribió un total de 15 teatros, de entre los cuales te vamos a hacer una lista con las obras de Molière más representativas, uno de los más reconocidos dramaturgo francés.

El misántropo (1666)

El misántropo es probablemente una de las obras de Molière que lo situaron en el plano internacional recaudando un éxito abismal. Es un drama donde el protagonista Alcestes, como bien indica el nombre de la obra, muestra un pesimismo contra el género humano. Siendo la obra una crítica de Molière a la sociedad en la que vivía y sus costumbres llena de imperfecciones y defectos a corregir.

La trama se desarrolla en un salón de la aristocracia, donde Alcestes hablará de la hipocresía y de su aborrecimiento de la humanidad con su compañero Filinto. En el salón también intervendrá Celimena, una joven de quien el protagonista está enamorado. Y así se empieza un juego retórico donde cada personaje expone su moral no sin humor y ridiculización.

El avaro (1668)

La comedia El avaro cuenta con 5 actos que muestran la avaricia del ser humano. Aquí el protagonista Harpagón, padre y comerciante adinerado que quiere mantener su fortuna intacta, deberá afrontar un dilema interno cuando se enamora de Mariana: ¿el dinero o el amor?

La obra se sitúa en París del s. XVII y tiene como motor principal la avaricia, la envidia y la falta de empatía que corrompe la moral de todo hombre. Las pasiones y el amor hacen de contrapartida en una obra donde padre e hijo se pelearán por el amor de una misma mujer. Desvelando al paso de la obra una crítica al materialismo y el comportamiento humano.

Las preciosas ridículas (1659)

Una de las obras de Molière es Las preciosas ridículas en tanto que fue una de sus primeras obras aclamadas por el público. De hecho, lo posicionó en Francia como un gran dramaturgo, y el mismo rey Felipe XIV le pidió ver su representación fijándose en su talento.

Se trata de una comedia de un solo acto donde los personajes juegan con las palabras, siendo el diálogo cómico lleno de humor su principal atractivo. Las protagonistas son dos jóvenes mujeres que llegan a Francia en busca del amor. Y que se verán entrometidas en un juego de apariencias donde unos jóvenes de quienes se enamoran no son lo que aparentan.

Tartufo o el impostor (1664)

Molière retrata con versos alejandrinos la sociedad del momento con una ferocidad increíble. Esta comedia cuenta con tan solo un acto en el cual se presenta Orgón, un burgués parisino que es engañado por Tartufo. Quien se presenta ante él como su maestro espiritual. Y quien intentará seducir a la hija y a la mujer de Orgón a la vez.

La crítica se dirige a los falsos devotos como Tartufo. Es decir, los falsos religiosos que acaparan el poder de la Francia del s. XVII con el mandato del monarca francés Luis XIV. Fueron estos mismos quienes intentaron censurar la obra, pero el rey levantó la prohibición de la obra en 1669.

Don Juan (1665)

Molière experimentó con la tragicomedia en Don Juan, basándose en la famosa obra de Tirso de Molina El burlador de Sevilla y convidado de piedra. El estereotipo del hombre noble y joven vividor que seduce a mujeres es el protagonista de la historia. Siendo una figura literaria que todavía tiene vigor y ha producido un impacto en nuestra sociedad. Con la intención de Molière de proclamar un libre libertinaje en contra de los ideales religiosos de su época.

El señor de Pourceaugnac (1669)

Otra comedia considerada una de las obras de Molière es El señor de Pourceaugnac. Aquí Molière no ataca a la vida de la corte y los nobles, sino que su mirada se dirige al mundo rural y a los pícaros de la ciudad. El protagonista es un noble de provincias que es presentado como un ridículo abogado a quien quieren casar con una mujer enamorada de otro hombre. Quien hurgará un plan para cambiar los planes de boda acusándolo de locura y de tener deudas.

El médico a palos (1666)

Molière escribió esta comedia-farsa en el momento en que él estaba enfermo criticando en la obra su desprecio por la medicina y la burguesía. Puesto que la trama se centra en un médico llamado Sganarelle que, tras maltratar a su mujer, esta decide vengarse diciendo a dos criados que buscaban a un médico que Sganarelle era un brillante y talentoso médico capaz de hacer milagros. Pero que para que él lo reconociera era necesario que le golpearan con palos, como él hizo con ella.

Una obra que hace patente el maltrato y machismo dentro del matrimonio con un humor irónico. Donde no falta la exageración, el humor verbal y el humor corporal.

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